Había
una vez, un águila que se llamaba Flecha Dorada, pero todos la
llamaban Flecha, bueno solo su familia, porque los demás la temían.
Un
día, paseando por el campo le entro hambre. Volando, volando y
volando, se encontró con un corderito pastando. Cuando ya se estaba
relamiendo el pico, se oyó un disparo, cogió al pobre corderito y se
fue volando.
El
corderito le dijo:
-Oye,¿Si te ayudo, me dejaras libre?
-¡Oh! ¡Callate!
Flecha, ya mas nervioso que un árbol apunto de ser cortado,
respondió:
-¡Esta bien! ¿Que vamos ha hacer?
-De momento, pararemos en esa montaña.
Cuando
el corderito le explico su idea, solo se oía lo
siguiente: surrusu…cuchipu…gua…pinchipon…poniponi y corrofú.
-Bien, ¿Lo has entendido?
-Si, separarse, marear a los perros, ponerse delante de los
cazadores y que los perros se abalancen sobre ellos mientras
nosotros escapamos.
Y así lo hicieron y desde
entonces todos llamaron al águila: El águila agradecida. Y se
hicieron amigos para siempre.