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Había una vez un duende llamado Henry, que vivía en una casa del
árbol en medio del bosque. Era uno de los pocos duendes altos,
ni parecía uno de ellos de no ser por sus orejas.
Una mañana ya cansado de estar solo, decidió hacer un viaje para
buscar a su amor. Se recorrió todo el bosque, cruzó lagos, ríos
y montañas. Pasó frío y calor, hambre y sed.
Ya rendido se recostó bajo la sombra de un árbol, de repente
sintió que alguien le susurraba en el oído, miró para todos
lados y no había nadie. Lo único que vio fue una hermosa flor.
Él le preguntó:
– ¿Eres tú linda margarita?
– Sí, ¿cómo te llamas? -respondió.
– Soy Henry, un gusto en conocerte.
– ¿Qué haces por acá?
– Buscando el amor de mi vida y creo que está delante de mis
ojos.
Pasaron horas y horas hablando, hasta que oscureció, él quería
volver a su hogar; el problema era que Margarita no se podía
trasladar.
Luego de mucho pensar, decidió hacer una casa rodeando la bella
flor. Y, desde ese momento, vivieron muy felices. |
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Autor/a del cuento |
©
CINDY CARO – ELIZABETH BONINO
LUCILA CALLEGARI – SOFÍA CORONATO – VANESA
CARRIERI –
(12 años)
ALUMNAS de 2do.
AÑO “B” – INSTITUTO “SECUNDARIO NOETINGER”
NOETINGER – CÓRDOBA – ARGENTINA |
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