Elcedro



U  B  L  I  C  I 
D  A  D


U  B  L  I  C  I 
D  A  D
 
 
 
 
 
 

EL
CEDRO VANIDOSO
 
 


 
 
 


E
rase
una vez un cedro satisfecho de su
hermosura.

 





Plantado en mitad del jardín,
superaba en altura a todos los demás
árboles. Tan bellamente dispuestas
estaban sus ramas, que parecía un
gigantesco candelabro.
 





Plantado en mitad del jardín,
superaba en altura a todos los demás
árboles. Tan bellamente dispuestas
estaban sus ramas, que parecía un
gigantesco candelabro.
 



Si con lo hermoso que soy diera
además fruto, se dijo, ningún árbol
del mundo podría compararse conmigo.

 






Y decidió observar a los otros
árboles y hacer lo mismo con ellos.
Por fin, en lo alto de su erguida
copa, apunto un bellísimo fruto.

 



Tendré que alimentarlo bien para que
crezca mucho, se dijo.

 





Tanto y tanto creció aquel fruto,
que se hizo demasiado grande. La
copa del cedro, no pudiendo
sostenerlo, se fue doblando; y
cuando el fruto maduro, la copa, que
era el orgullo y la gloria del
árbol, empezó a tambalearse hasta
que se troncho pesadamente.

 






¡A cuantos hombres, como el cedro,
su demasiada ambición les arruina!

 
 
 

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