Flor



U  B  L  I  C  I 
D  A  D


U  B  L  I  C  I 
D  A  D
 
 
 
 
 
 

LA
HUMILDE FLOR
 
 


 
 
 



Cuando Dios creó el mundo, dio
nombre y color a todas las flores.

 



Y sucedió que una florecita pequeña
le suplicó repetidamente con voz
temblorosa:


-i No me olvides! ¡No me olvides!
 



Como su voz era tan fina, Dios no la
oía. Por fin, cuando el Creador hubo
terminado su tarea, pudo escuchar
aquella vocecilla y se volvió hacia
la planta. Mas todos los nombres
estaban ya dados. La plantita no
cesaba de llorar y el Señor la
consoló así:

 

-No tengo nombre para ti, pero te
llamarás "Nomeolvides".
 

 
Y por colores te daré el azul del
cielo y el rojo de la sangre.
Consolarás a los vivos y acompañaras
a los muertos.

 


Así nació el "nomeolvides" o
miosota, pequeña florecilla de color
azul y rojo.
 
 
 

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