Erase una vez, una gatita muy
traviesa. Su dueña, una niña
de seis años llamada Carla estaba muy preocupada.
Sus amigas Yoli y Nora, también tenían una gata. Y decían
que no era tan traviesa.
Carla estaba desesperada con
su gata
pero su familia le decía: ¡No te preocupes Carla!, eso es normal
en una gata. Después de unas semanas Yoli y Nora acudieron
a casa de Carla para ver si lo que ella decía era cierto.
Y la verdad es que lo que decía era cierto, la gatita era
pequeña
pero muy traviesa.
Carla
Yoli
Nora
Un
día soleado, Carla y su gata fueron a visitar a Nora.
Pero su gata era traviesa pero no tanto como la suya, y Carla se fue a
casa de Yoli a ver que le decía, y le dijo lo mismo.
Los padres de Carla estaban preocupados por que la veían muy
desilusionada con su mascota.
Pero después de unos
meses la gata se hizo mayor y dejó de ser tan traviesa y
Carla, su familia y sus amigas se pusieron contentos por
Carla y su gata.