Justicia



U  B  L  I  C  I 
D  A  D


U  B  L  I  C  I 
D  A  D
 
 
 
 
 
 

LA
VERDADERA JUSTICIA
 
 


 
 
 



Hubo una vez un califa en Bagdad que
deseaba sobre todas las cosas ser un
soberano justo. Indagó entre los
cortesanos y sus súbditos y todos
aseguraron que no existía califa más
justo que él.

 

-¿Se expresarán así por temor? -se
preguntó el califa.
 



Entonces se dedicó a recorrer las
ciudades disfrazado de pastor y
jamás escuchó la menor murmuración
contra él. Y sucedió que también el
califa de Ranchipur sentía los
mismos temores y realizó las mismas
averiguaciones, sin encontrar a
nadie que criticase su justicia.

 

-Puede que me alaben por temor -se
dijo-.
 
 Tendré
que indagar lejos de mi reino.
 

Quiso el destino que los lujosos
carruajes de ambos califas fueran a
encontrarse en un estrecho camino.
 

-Paso al califa de Bagdad! -pidió el
visir de éste.
 

-Paso al califa de Ranchipur!
.-exigió el del segundo.
 



Como ninguno quisiera ceder, los
visires de los dos soberanos
trataron de encontrar una fórmula
para salir del paso.


-Demos preferencia al de más edad
-acordaron.
 



Pero los califas tenían los mismos
años, igual amplitud de posesiones e
idénticos ejércitos. Para zanjar la
cuestión, el visir del califa de
Bagdad preguntó al otro:


-¿Cómo es de justo tu amo?
 

-Con los buenos es bondadoso
-replicó el visir de Ranchipur-,
justo con los que aman la justicia e
inflexible con los duros de corazón.
 

-Pues mi amo es suave con los
inflexibles, bondadoso con los
malos, con los injustos es justo, y
con los buenos aún más bondadoso
 

-replicó el otro visir.
 



Oyendo esto el califa de Ranchipur,
ordenó a su cochero apartarse
humilde-mente, porque el de Bagdad
era más digno de cruzar el primero,
especialmente por la lección que le
había dado de lo que era la
verdadera justicia.

 
 
 

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