Ostra



U  B  L  I  C  I 
D  A  D


U  B  L  I  C  I 
D  A  D
 
 
 
 
 
 

LA
OSTRA Y EL CANGREJO
 
 


 
 
 



Una ostra estaba enamorada de la
Luna. Cuando su gran disco de plata
aparecía en el cielo, se pasaba
horas y horas con las valvas
abiertas, mirándola.

 



Desde su puesto de observación, un
cangrejo se dio cuenta de que la
ostra se abría completamente en
plenilunio y pensó comérsela.

 



A la noche siguiente, cuando la
ostra se abrió de nuevo, el cangrejo
le echó dentro una piedrecilla.

 

La ostra, al instante, intento
cerrarse, pero el guijarro se lo
impidió.
 



El astuto cangrejo salió de su
escondite, abrió sus afiladas uñas,
se abalanzó sobre la inocente ostra
y se la comió.

 

Así sucede a quien abre la boca para
divulgar su secreto: siempre hay un
oído que lo apresa.
 
 
 

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