Había una vez una isla maravillosa, rodeada por un océano
transparente. Se decía que dentro de la isla, se encontraba enterrado un tesoro
de gran valor, pero nadie se atrevía a ir allá. Pero un buen día, dos niños
valientes decidieron ir en la búsqueda del tesoro. Ambos muchachos construyeron
una pequeña balsa y partieron en busca de la aventura.
Cuando
los dos aventureros, que se llamaban Paco y Peco, llegaron a la arena, se
dispusieron a buscar el tesoro, se encontraron con un pelicano, que les dijo:
¡Yo se en donde esta el tesoro! Es en verdad
hermoso, con eso ustedes pueden vivir felices para toda la vida ¡y serán
inmensamente ricos! ¡No lo olviden!
Los niños se sintieron muy felices por eso. El pelicano levanto
sus alas y voló hacia la inmensidad del mar. Casi al instante, una gaviota con
mirada extraña se acerco a los niños y les dijo, muy maliciosamente:
¡Que
pena que ustedes son dos, ya que si una sola persona tiene el tesoro, se
hará mucho mas rico! ¡que pena que lo tengan que compartir!
Cuando la gaviota alzo el vuelo, los niños se vieron y se
sintieron celosos de cada uno, sin embargo, no dijeron nada y exploraron la
isla.
Fue alrededor del mediodía cuando Peco encontró una enorme X
dibujada en la arena de un extremo de la isla: era el lugar del tesoro.
Naturalmente, se sintió muy feliz y estuvo a punto de llamar a Paco, pero
recordó las maliciosas palabras de la gaviota y sintió temor de que SU tesoro
fuera compartido con Paco. Así pues, no le dijo nada y comenzó a cavar. Minutos
después, encontró un cofre muy grande y reluciente. Peco lo abrió, conteniendo
el aliento, y cual fue su sorpresa al encontrar tan solo un papel viejo con una
palabra escrita. La palabra era: AMISTAD.
Peco sintió ganas de llorar y no podía creer lo que estaba a
punto de hacer, y comprendió las palabras del pelicano: Con
eso ustedes pueden vivir felices toda la vida.
Y también supo que la gaviota era una malvada.
Así pues, Peco llamo a Paco y le
dijo que no había encontrado nada. Su amigo lo creyó y ambos regresaron a casa,
muy felices pues habían echo una gran aventura. Fue hasta mucho tiempo después,
cuando ya eran adultos, que Paco confeso lo que había pasado en la isla, y Paco
se conmovió muchísimo.
Tiempo después, Paco y Peco
compraron un bote para explorar más islas, y las personas no comprendían por que
habían bautizado a la nave con el nombre de