Pececito



U  B  L  I  C  I 
D  A  D


U  B  L  I  C  I 
D  A  D
 

 
    
    
 
 
LA LECCIÓN
DE PECECITO
 
 
 
 
En una bonita casa,

de blanco y rojo coral,

viven en armonía

Pececito y sus papás.
 
Mamá llama a Pececito

para comer y estudiar;

Pececito no obedece,

prefiere irse a jugar.
 
– Mámi, no tengo hambre…,

y no me gusta sumar,

leer y escribir me aburre;

es más divertido nadar. –
 
Mamá dice disgustada:

– ¡Se lo contaré a Papá! –

Y los dos muy preocupados,

Se pusieron a pensar.
 
A la hora de la cena,

a Pececito, Mamá,

le dijo: – ¡Acuéstate pronto!,

¡Mañana madrugarás! –
 
Al llegar el día siguiente,

Mamá le fue a despertar:

– ¡Levántate Pececito!,

vas a ir a trabajar.
 
Tenemos que nadar mucho,

hasta llegar a un lugar

repleto de verdes algas

que hay que recolectar.
 
En cuanto desayunemos,

marcharemos sin tardar;

que ese sitio está muy lejos

y el día hay que aprovechar
 
Estas conchas de tortuga,

de algas debemos llenar,

y cuando estén todas llenas,

las transporta un Calamar. –
 
Cuando llegó Pececito

Con su papá y su mamá,

Exclamó:- ¡Ay!¡ cuantas algas!

¡Núnca voy a terminar!. –
 
Trabajaron todo el día,

casi, casi sin parar.

Solo por un momentito,

se sentaron a almorzar.
 
– ¡Mamá, estoy agotado,

es muy duro trabajar!

¿Cuándo volvemos a casa?

¡Necesito descansar!. –
 
Mamá paciente le dice:

– Pronto iremos a cenar;

que ya el calamar se lleva

las algas a almacenar. –
 
Cuando regresaron todos,

después de mucho nadar,

Pececito, al momento,

cayó exhausto en el sofá.
 
– Mamá, ¡Estoy tan cansado…,

no me puedo levantar!

Y además ¡Cuanta hambre tengo!

¡Yo no sé porqué será! –
 
– Porque esfuerzo y apetito

caminando juntos van.

El ocio no causa hambre,

Pero sí el trabajar
 
Cena pronto Pececito,

y pronto vete a acostar,

que mañana igual que hoy,

volvemos a madrugar. –
 
– ¡Mamá, te pido disculpas!

¡Dame otra oportunidad! –

Suplicaba Pececito,

Sin dejar de sollozar.
 
– ¡Quiero volver a la escuela!

¡Quiero volver a estudiar!,

prometo ser responsable

y mi tiempo aprovechar. –
 
Pececito volvió a clase,

Y se aplicó mucho más.

Después de hacer la tarea,

se fue contento a jugar.
 
Y siempre al caer la noche,

cuando ya se va a acostar,

a Mamá lee un ratito,

y tras leer, a soñar.
 
Tiene sueños muy bonitos,

Pececito, en Alta Mar.

Sueña que aprende” todo”

lo que le van a enseñar.
 
Este cuento tan marino

está a punto de acabar.

¡Ya lo veis!, “Niños y Niñas”,

que no es tan malo estudiar.

 

 
PD: dedicado a mis hijas de
4 y 7 años (Raquel y Eva)
 
 
 

 
 



Autor/a del cuento

©

Cristina
Rodríguez Frechoso –

45 años