A pesar de tener la vista de un lince
que le ayuda a percatarse de todo lo que
ocurre a su alrededor, Pelusín apenas es
capaz de mostrar su mirada cautivadora.
Ni siquiera sus hermanos saben de qué
color tiene los ojos debido al matojo de
pelos que los cubren. Aunque, no es
impedimento para convertirle en el más
payaso del grupo. Lo único malo es que
de estar tan pendiente de todo, a veces
se despista y olvida las cosas que debe
hacer. |